¿CÓMO NACE LA IDEA DE TECSPAL? ¿CÓMO DETECTARON LA NECESIDAD DE LO QUE OFRECEN?
SANTIAGO ALCURI: La idea arranca con Juanma y conmigo. Trabajamos 3 años en Art Computer, que es el distribuidor oficial de Apple en Uruguay. Fue un aprendizaje muy lindo y el estar allí nos dio la posibilidad de llegar a esta demanda que se genera de manera natural. En Art aprendimos mucho sobre computación, desarrollo, producto, perfiles. Nos empezamos a expandir hacia el mundo corporativo y nos encontramos con una demanda de empresas, afuera de Uruguay que querían contratar personas remotas y se les complicaba mucho al momento de equiparlos, de mandarles la computadora para trabajar.
Nosotros tenemos un modelo de entrega muy simple y así empezamos a dar ese servicio y a buscar empresas afuera que contrataban gente remota en Uruguay. Nos convertimos en referencia de confianza para entregar los equipos en Uruguay.
Pasaron 3 o 4 meses y aprendimos que, en este rubro de contrataciones remotas, hay una rotación muy alta. Las personas trabajan 4 o 6 meses y cambian de trabajo, hay muy poca fidelidad hacia la empresa.
Ahí la empresa contratante nos llama y nos pide recuperar y almacenar el equipo, para que cuando llegue el próximo contratado, no tener que salir a comprar una computadora nueva.
Empezamos a buscar más empresas que contraten gente en Uruguay hasta que un día un cliente en una reunión virtual nos dijo: “Está muy bueno lo que hacen, ¿podrían replicarlo en Colombia?”. Con Juanma nos miramos y como personas con ganas de hacer todo que somos, le dijimos que sí.
JUAN MANUEL CAT: Eso nos pasó varias veces, decir que si, apagar la cámara y mirarnos… ¿y ahora como lo hacemos? ¿Cómo hacemos para poner una computadora en Colombia? ¿Y cómo hacemos para recuperarla cuando un empleado renuncie?
SA: Después de esa reunión estuvimos una semana pensando cómo hacer y empezamos a buscar partners y estudiar la logística de recupero y almacenamiento. Estudiamos si alguien más hacía esto en Latinoamérica y nadie lo hacía. Cuando nos dimos cuenta de las posibilidades que había, el mercado que se abría, decidimos hacerlo por separado de nuestro trabajo. Seguimos y llegó el momento en que dijimos “tenemos que profesionalizar esto, darle forma de verdad”. Y el primer nombre que se me vino a la cabeza fue Juanpi (Juan Pablo Bordaberry). Tenemos una relación muy buena, sabemos de las capacidades que tiene que son muy buenas.