BUENO FABIAN, PRIMERA VEZ QUE TE TENEMOS POR AQUÍ. CONTANOS UN POCO DE TU VOCACIÓN COMO PF Y LOS PRIMEROS PASOS EN EL AMBITO DEL FÚTBOL.

Gracias por invitarme, es un gusto para mí.

Lo de la licenciatura en educación física viene un poco de la mano del gusto por los deportes. Cuando terminé el liceo arranqué facultad de derecho. Hice dos años y medio, pero no me sentía cómodo. Un día charlando con un amigo que estaba estudiando odontología y estaba en la misma que yo, nos encantaba el deporte y habíamos practicado un montón de deportes juntos, nos dijimos ¿Por qué no nos preparamos para la prueba de ingreso a Educación física? En aquel momento al ISEF (Instituto Superior de Educación Física) entraban por año 25 chicas y 25 chicos, después de una cantidad de pruebas físicas, gimnasia, natación y la prueba teórica. Vas sumando puntaje, pero son un montón los que quieren entrar.

Finalmente entramos los dos, yo en el puesto 16. Dejamos nuestros trabajos y nuestras carreras para meternos de lleno en el mundo de la educación física y nunca más la dejé.


¿DÓNDE FUERON TUS PRIMEROS PASOS?

Lo primero que hice en la educación física fue fútbol. Mientras estudiaba entré a trabajar en las inferiores de Liverpool. Viví todo el proceso de Palma (José Luis) y tuve en inferiores a jugadores como Fuccile (Jorge), el Pato Sánchez (Carlos), Aguiar (Luis). Habíamos tenido éxito a nivel de juveniles con algunos campeonatos ganados y cuando llega Julio Ribas sube a un montón de jugadores al plantel de Primera y a mí como ayudante del Profe (PF) de Primera. Tres años de una experiencia espectacular.

Después estuve en la etapa del Lolo Favaro que arranca en 2009 donde Liverpool juega su primera Copa Sudamericana. En 2010 jugamos por primera vez la Copa Libertadores. Experiencias y momentos muy buenos dentro del fútbol, un deporte muy difícil, muy ilógico donde no siempre gana el que tiene más posesión o el que patea más al arco. Es incierto siempre. Tenes muchas chances de que te vaya bien pero también de que te vaya mal.


JULIO RIBAS ES UN HOMBRE IMPORTANTE EN TU CARRERA, ¿CÓMO FUE ESA RELACIÓN?

Julio me enseñó muchas cosas, no solo cómo trabajar sino cosas que, si las sabes aprovechar y las adaptas a tu forma de ser, te sirven para la vida también. Sin duda uno de mis referentes en la forma de trabajar y de ver la vida.

¿CÓMO LLEGASTE A OLD BOYS? ¿QUIÉN TE CONTACTÓ?

Fue un proceso de uno o dos años previos al primer contacto con alguno de los gurises de Old Boys. Primero con el “Taladro” Vilaseca (Federico) que era el capitán del equipo y le decían “Pichu”, muy fuerte. Pero bueno, ahora le decimos “Taladro”, por lo menos yo lo llamo así. Un gran valor, un loco al que considero un amigo. Nico Brause también. Al principio no nos pudimos poner de acuerdo, yo tenía otras cosas, hasta que previo a la temporada 2016, yo solicité determinadas condiciones, ellos me las pudieron cumplir y comenzó un proceso al que considero espectacular, de los mejores que he vivido. Porque en el fútbol se necesita tener un proceso. Es un deporte muy salvaje, sobre todo el profesional, dos partidos y capaz que te rajan.

La liga Universitaria te permite trabajar mejor el tema de los tiempos, conocer al plantel, ver la evolución de los jugadores. Y trabajar en Old Boys fue de las mejores experiencias que he tenido como profesional.

¿CUALES ERAN TUS EXPECTATIVAS CON EL CLUB Y CÓMO ARRANCÓ LA HISTORIA?

Al principio era ver las características del plantel y ver lo que ellos buscaban. Venían de un ciclo un poco negativo. A pesar de que en 2011 habían salido campeones, no habían podido mantener la categoría y venían de un año complicado.

En el futbol a veces los objetivos a largo plazo son irreales. Vos decís “el objetivo es jugar la Copa Libertadores”. Después perdés dos partidos y está peleando el descenso.

El principal objetivo que nos planteamos con Old Boys, que lo veo hoy y no lo puedo creer, fue generar compromiso, profesionalidad, dedicación, solidaridad. Una filosofía.

El fútbol, y esto es una de las cosas que me enseñó Julio, es como la familia, es la sociedad, es una filosofía. Primero tenes que plantearte el tema filosófico. Después ves que sistema táctico vas a usar.

En aquel momento seríamos 20 jugadores y nosotros. No era como hoy que hay 120 jugadores. Y bueno, a base de repetir y repetir esos valores, más allá de la forma de jugar, hicieron que sustentaran al equipo desde lo filosófico. Eso después se ve en la cancha, se transfiere.

Tuvimos la suerte de ese mismo año salir campeones de la B y eso dio un empujón fuerte para todos. En el primer año en la A salimos cuartos y jugamos por primera vez el Torneo de Honor. Hoy, en 7 años jugamos 3 Torneos de Honor. Salimos vice campeones en 2019, el año pasado cuartos. Este año que nos costó mucho terminamos entre los 8 de arriba.

Nosotros siempre les decimos a los gurises que, si la Primera está bien, si la Primera está arriba es como una catarata que va hacia abajo, todo se estimula, todo crece. Llegar a la Primera es lo máximo. No hay nada después de eso. Hace 7 años que estamos en Primera División y mi misión es que mientras esté acá esa filosofía no muera, que se mantenga y que se transfiera de generación en generación.

¿CÓMO ES LA COMPETENCIA EN PRIMERA DIVISIÓN?

Siempre cuesta, nosotros somos un equipo muy competitivo y es muy importante esto: en la Liga Universitaria los colegios se nutren de sus alumnos y sus generaciones y competís con clubes que pueden traer jugadores de afuera. Nosotros estamos más limitados en eso, depende de las generaciones que te toquen.

La Liga Universitaria tiene descensos y eso cambia todo.

¿CÓMO ES ESO DEL CAMBIO DE APODOS QUE IMPUSIERON AL PLANTEL?

Yo trabajo en Old Boy pero en realidad yo nací por allá por La Teja, en Velvedere, entonces mi información de vida es totalmente distinta. Entonces buscándole la vuelta, para saber llegar sin ofender y para no mezclar las cosas, siempre les decimos que en futbol tenemos que ser unos guerreros, unos soldados, tratamos de inculcar eso de no parar de correr, que no se entreguen nunca. Y tenemos algunos apodos que no condicen con lo que estamos pidiendo y hay que cambiarlos. Porque si vos sos mimito, fifito, chiquinchito y tenes un lomo de 2 metros… entonces le ponemos Taladro, Águila, Comandante, Hacha, Patrón, y hay mil más. Es para darle un poco de alegría.

Al “Bomba” le decían “Joya”, al golero le pusimos “Perro”. Es parte de esta mística que se creó y que pegó  fuerte.


¿QUE TE GUARDAS PARA SIEMPRE DE ESTA EXPERIENCIA?

A mí me tocó empezar a trabajar en Old Boys con un cuerpo técnico que no es el de ahora. Arranqué con Sebastián Vega, un valor, hicimos la gira a Europa, después el Polacho, después pasó Berto, el mono Sabella, los quiero nombrar porque con todos hice una gran relación.

¿CÓMO SIGUE ESTO?

Ahora estamos trabajando con el Pelo Ortiz y su equipo, unos tipos muy estudiosos, muy preparados. La verdad que se pusieron la camiseta del club y tienen una energía bárbara. El Pelo tiene muchos años de fútbol, lo tuve como jugador en Fénix en 2013. Trabaja con Martín Galván que es otro valor, pura energía, ama el fútbol.

A todo esto, súmale que están los gurises que han liderado este proceso. No me quiero olvidar de nadie, pero el “Taladro”, “Tatan”, “Cascarón”, “Arbusto”.

En la vida hay que ser agradecido y tener memoria. Yo siempre le digo a los gurises “los días que no hay memoria, el cielo se pone gris”.

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